Este 13 sin Ileana
Desde hace días martilla mi cabeza una idea obsesiva: el 13 hará un año,
el 13 hará un año… la he llegado incluso a decir en voz alta para sorpresa de
mis escuchas… he seguido de largo sin ganas de aclarar nada.
Hoy, 8 de agosto, cuando faltan 5 días, alguien publica un texto sobre ti
y una expo tuya escrito por Mylene, la responsable de todo. Lo leo y pienso en
esto que escribo como una “contracandela” –palabra que te daría mucha risa y te
haría pensar en los enormes surcos de la escuela al campo o quizá no, quizá
nunca fuiste a esas escuelas; tantas cosas no alcancé a preguntarte... Leo a
Mylene y escribo desde un mundo al revés, a la usanza de Lewis Carrol. Pienso
en que quiero celebrar tu no muerte, tu no enfermedad, tu (mi) no darnos
tiempo.
Si Mylene, la Nena (a quien conozco sólo por tu mirada) y Darsi fueron
tus amigas más fieles y tienen más de treinta años de memorias, yo fui tu
relación amistosa más anécdota, más incidental, más de provincia (largo
deshonor para ti, que eres La Habana misma)… Pero aprendí a vivir con eso y con
los celos que corrían despavoridos de una punta a otra de nuestras vidas. Nadie
entendía nada. Sólo nosotras. O más bien tú y me lo explicaste. Fue aquel día
en que me regalaste la preciosa camiseta verde aceitunas y un perfume
delicadísimo que no he vuelto a tener pero cuya esencia de flores ya no olvido.
El día en que me dijiste en la punta de tu cama: nunca tuve una amiga a la que
le sirvieran una de mis camisetas. Era tu manera menos torpe de contarme que
nuestra gordura había sido hasta ese momento terreno de soledad, ausencia
absoluta para imaginarios compartidos. Yo te abracé fuerte y me puse la
camiseta hasta que -gracias al sol de los patios de Cuba y algún accidente con
pintura de lechada para las paredes- se convirtió en el trapito más caro y
amado que haya tenido hasta este día.
El 13 hace un año de que me diera por vencida de traerte a los Estados
Unidos, de imaginar para ti talleres, exposiciones que en realidad serían el
pretexto de horas infinitas de muela y más muela, la muela que nunca he podido
dar ni con las más amable de mis amantes. Ellas siempre tienen sueño a la hora
en que las mujeres-búhos (o sea, tú y yo) se dan a las confesiones. El modo en que nos
imaginábamos sin dormir era la mejor parte de tu viaje. El 13 hace un año de
que Roxana Fuentes se viera en la obligación de hablarme de derrames,
hospitales, muertes y cenizas… sepultando también, ese futuro de parloteras
alegrías.
Fui tu amiga accidente, lo sé. No tengo derecho siquiera a escribir estas
páginas o de tener tu caricatura entrando al cielo, esa con la que el Garrincha
nos abrazara un año atrás, puesta como amuleto en la misma entrada de mi
oficina para que cuando las malas energías traspasen el umbral, tú las
combatas. Ya sabes, bien sabes, lo
egoísta que somos las especies de esta raza.
Sé que no soy Mylene o la Nena o Darsi, tampoco Iris que bien ganado
tiene un puesto entre tus más profundos afectos, sé que no tengo mil memorias
que ofrecerte. Pero hay al menos dos que nadie puede arrebatarme. Dos que valen
este dolor y esta rabia y esta impotencia de saber que moriste el mismo día que
nació el origen de todo nuestro horror. Una de ellas ya la sabes. Y la saben
también Mylene, Laura, Beatriz, Lucy, Andy y Mauro; no sé si la contaste a
alguien más. Es esa en la que todos cantamos y el mar de la costa que separa la
ciudad de La Habana de Matanzas nos arrulla. Es esa en la que somos eternos y
felices y cerramos los ojos (todos menos tú, que nos conduces a la gloria de
esos días y una vez más haz de inmolarte). Es el “fuego lento” con que la otra
Rosana nos advierte que esos segundos cambiarán para siempre nuestras vidas.
La segunda, vuelve a ser íntima, conversamos en mi barbacoa de pretensión
italiana (ese “mezzanine” tembloroso y pobre donde lloramos tanto) y un tipo se
para en la calle y se masturba y nos llama para que lo veamos. Nosotras somos
sólo dos amigas gordas conversando en plena madrugada; pero al tipo eso parece
darle el mismo morbo de dos sílfides en plena escena porno. Lo que me llevo
conmigo es tu modo de bajar las escaleras del “mezzanine” sólo para comprobar
que tus hijos duermen tranquilos en el primer piso. Que nada ha sucedido a
pesar del tipo que silva y se sacude su baba entre las piernas. Aquella noche
quise que fueras mi madre, mi hermana, mi hija, todas esas fantasías que recorren
el imaginario lésbico, pero que, insisto, no cautivaban ningún deseo erótico en
nosotras. Y no te lo dije, claro, más bien frivolicé tu paranoia… te hablé de
que el masturbador del barrio era casi parte de todas las familias a las que
había acosado… algunas le gritaban soeces el más exquisito sermo vulgaris matancero, otras (como
yo) sólo cerrábamos la ventana después de haberle compadecido en voz alta:
¿chico, tú no tienes nada mejor que hacer?
El 13 hará un año y en medio de la más apretada de mis agendas te
escribo. Te hablo de esa imposible trayectoria que fue ir a La Habana, al
portal de 49 y no encontrarte. Te digo, eso sí, que Lucy es una bella muchacha
de gesto rebelde, que Andy suena sereno en los teléfonos, que Yadira es la
mejor celadora de tu legado, tu memoria; que Hilda, Ivón y Lucía se dan mucho
sillón sólo para asegurar que los balancines no dejen lugar al silencio, que
Amelia es idéntica a ti, tan idéntica que encontrarla parece un viaje a esos
años en los que no pude conocerte.
El 13 hará un absurdo año y yo, sin derechos como estoy a homenajearte,
he ideado un nuevo ritual para las dos. Te lo cuento: nado en las tardes hasta
que se cierra la noche sobre el patio. Entonces, nos sirvo una cerveza, me
aseguro de mirar feliz a las estrellas y comienzo a darte muela… sé bien que
sólo tú escucharías.
Quien fuera poeta, ensayista, narradora para pintar en azul mil suenos y deseos de platica con nuestra gordi. Anoche la sone...
ReplyDeleteTe agradezco infinitamente haberme nombrado entre aquellas que le fueron mas cercanas...mas de siglos...Al menos pude ser testigo del profundo amor..limpio..complice...sin grandes pretenciones pero algo inmaculado que nuestra Ilo te obsequio...GRACIAS
me he quedado atragantada de emociones. Qué hermosa amistad tienes con ella!!
ReplyDeleteYisell
HE quedado atragantada de emociones! Mabel, que belleza a pesar del dolor.
ReplyDeleteYise
Qué emoción, Mabe. No lo había leído el año pasado, ni siquiera lo había visto, sinceramente. Es tan profundo, tan limpio, tu amor por ella, la defensa de su recuerdo, que me estremezco. Te abrazo fuerte, amiga. Muy fuerte.
ReplyDeleteQué emoción, Mabe. No lo había leído el año pasado, ni siquiera lo había visto. Es tan profundo tu amor por Ileana, tan limpio y tan de verdad, que me estremezco. Te dejo un abrazo grande, amiga, muy grande. dami
ReplyDeleteYo es primera vez q lo leo tia...chantas cosas le faltaron a ilo x disfrutar..no sabía lo de la barbacoa y aquel hombre jajaja...quedé felices eramos wn matanzas bañando nos en el patio con el jarrita de aluminio y arrastrando nos x las cascadas de lluvia con fango ....mi mama mylene,laura y tu muertas en vida y nosotros gozando...tia...aunq no eres darsi mylene la nena o iris...mi mama te quiso muchísimo y me decía LUCY SABES Q CON MABEL PUEDES CONTAR SIEMPRE...desde el cielo tiene q saber que eres de los poco de las infinita lista q esta al tanto dw nuestro bienestar.te queremos tia...y en la otra vida yo estaré despierta en el chisme en la barbacoa.muaaaaa
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