Amarar/Desamarrar en Porto Matanzas
Las paredes del salón del té se desintegran. Las litografías de Matanzas, a principios de siglo XX, se agrietan con la humedad. Los muros expulsan el cemento, mientras las arcadas resisten, a duras penas, a las filtraciones del techo. La antigua cochera recibe una clientela fiel en la conspiración de versos y viajes. (García Alonso 233)
Y es que Amarar/Desamarrar (El Barco Ebrio, 2012)* de Margarita
García Alonso, es un homenaje a Matanzas, los viajes y los versos. O al menos
así se aposenta en la lectura, en las estructuras que teje, en los laberintos a
los que invita.
Matanzas
La ciudad trazada a partir de 1693 en torno a la bahía
de bolsa en donde una vez murieran algunas decenas de españoles en manos
de nativos y que en el siglo XIX deviniera primera exportadora de azúcar en el
mundo (sangre, dolor y manos negras al servicio de esta última conquista)
encuentra aquí un iluminado homenaje desde el siglo XXI. Aunque el escenario
que la novela recrea no es otro que el del florecimiento, decadencia y
caída de la Revolución (desde 1959 hasta aproximadamente 1992); el peso de la
historia colonial matancera nos se hace esperar. Todo se reifica en sus
leyendas, sus míticos personajes enloquecidos y allí muertos, en el aura
majestuosa de sus puentes, ríos y claro está en su "valeriano" mar (La
mer, la mer, toujours
recommencée).
Una vez que se ha dado vuelta a la última página
de la historia, siente el lector la absoluta certeza de que a pesar de los
desplazamientos a los que son sometidos los personajes por fuerza o voluntad propia, no habría otro posible escenario para ellos que el que ofrece la ciudad de nombre cruel. Queda entendido al fin ese peligroso, impresionista
axioma de Vitier cuando en Lo cubano en la poesía asegura
que: "la matanceridad es la luz tamizada entre irónica y nostálgica
en el paisaje”.
Viajes
Signado como ha estado el sujeto cubano -desde que
comenzó a pensarse como tal- por el exilio, las diásporas y migraciones, no
resulta ajeno o novedoso que Amarar... sea también una novela de
viajes, desplazamientos, dislocaciones. Su protagonista Fernando Tamiz es
iniciado en esta prácticas por sus padres desde sus propios orígenes. Su
desembarque en Matanzas parece una estación natural que se
convierte en el ojo desde el que la ciudad se va construyendo lenta, dormida,
delirante, imposible y vívida. Tamiz-poeta-navegante-pintor es trayectoria en
sí mismo. Viaja desde los viejos continentes hasta México, de ahí a la urbe cubana y desde ella hacia los paraísos ignotos que habitó José Jacinto Milanés
para poder partir hacia La Habana y la muerte.
La co-protagonista Marina (otro
nombre parece imposible) matancera por carta natal, emprende junto a Tamiz
otros viajes y lo lleva dentro y de regreso hacia viejas ciudades europeas en donde también la signan el delirio y una soledad que se fractura en
la última línea de la obra. Sólo así parece tener sentido el largo peregrinar de Tamiz. Su asimilación al cuerpo de Marina Maud es su única certeza de
conquistar los ciclos de eterno retorno que Nietzche nos contara.
Versos
La poesía
finalmente entremezcla las dos estancias anteriores. Poetas y pintores
(entendamos la imagen como un verso más y también al revés) invaden estas
páginas en las que sólo Matanzas puede ser telón de fondo. La enorme banda de
soñadores que García Alonso nos retrata (enloquecidos o no) tienen el don de la
versificación orgánica, el surrealismo inmediato, la posible naturalidad de
vivir en clave poética -si se me permitiera hacer uso del anacronismo. Como
antes insinuaba, casi tres siglos de historia local facilitan en la novela la
formación de sus protagonistas. Bildungsroman y crónica de
viaje se juntan en la epopeya lírica (revival de Homero) que sirve
como marco de referencia a las vidas de Tamiz y Maud. Homenaje también a
grandes hombres y mujeres de esa ciudad con brumas. Referencias que cualquier
mínimo conocedor de literatura cubana sabrá apreciar.
Por Matanzas, puerto y hogar de viajeros en estos casi trescientos veinte
años de fundación, azúcar, glorias, neblinas y fantasmas. Por los poetas que
Tamiz y Maud cargan consigo en esta historia, por el tiempo ido y una esperanza
de futuro a la que aún nos aferramos, doy las gracias a Margarita García Alonso
por la entrega y pongo una flor junto a la estatua de José Jacinto, pidiendo
que pueda reconocerla aún entre los vivos*.
*La novela Amarar/Desamarrar de Margarita García Alonso se encuentra a la venta aquí: http://www.bubok.es/libros/ 206436/Amarar
Y aquí :http://elbarcoebrio.com/libro/amarar-desamarrar/
* El texto marcado con el asterisco es una paráfrasis del texto de la canción José Jacinto de la cantautora cubana Marta Valdés.
Y aquí :http://elbarcoebrio.com/libro/amarar-desamarrar/
Muchismas gracias Mabelle, solo tu que conoces a Matanzas y a sus habitantes alucinados podia darme tanta emocion. Me honra leerte. Un abrazo, agradecida.
ReplyDeleteabrazo para ti, querida... tenemos que echar amarar a la mar...
DeleteNo tienen idea de lo orgulloso que me hacen sentir tantas talentosas amigas de la tierra. Marga, Mabel, y tantas mujeres que hacen enormemente bella y noble mi tierra.
ReplyDeleteSi no fuera por Manhattan estaría dispuesto a volver a nacer en Matanzas...
gracias, Rube... haz de leerte la novela, la disfrutarás como un loco... uno más de la ciudad de matanza, la antena (parabólica) de cuba... te quiero y en manhattan te espero....
DeleteWow! en Bubok cuesta 5 euros el PDF, y en El barco ebrio, con 2.10 euros, te descargas el PDF, el kindle y el epub.
ReplyDeletePues si que son arbitrarios los precios, como con los cuadros, cuestion de kilos mas o kilos menos, no creo que enriquezcan porque la fortuna seguro esta en que se lea, en que se comente y no se extinga en un librero, Sr. Ronin.
ReplyDeleteGracias nuevamente Mabelle, Rubencito. les quiero. ♥