Tuesday, March 19, 2013

En Matanzas me han dado un recado o Cuba otra vez

Ahora que  mi admirada Yoani Sánchez ha ido al Congreso norteamericano y habló del contacto 'pueblo a pueblo' frente a la Ros-Lehtinen o el Díaz-Balart. Ahora que en Nueva York comentó de los usos y abusos de la academia norteamericana al imaginar nuestra isla como 'parque temático' que le entretiene y consuela. Ahora que vuelan los actos de repudio repitiendo las mismas frases tan vacías como sus repetidores bajo sueldo de ocasión. Ahora que he estado allí (Cuba, se sobreentiende) siete días y sus cortas noches con mis estudiantes de una clase de pre-grado. Ahora que al hacer esto intenté establecer una perspectiva comparativa entre procesos editoriales cubanos y de latinos en USA. Ahora, que me he puesto a prueba extrema, creo, quizá, tener algo mínimo que decir.


Lo hicimos de este modo: los editores y artesanos de Ediciones Vigía fueron nuestra contraparte para las licencias que otorga el gobierno de los Estados Unidos. El gobierno de Texas, a su vez, nos dio una cierta cantidad que cubriría gastos de comida, transportación, hospedaje y honorarios para conferencistas invitados. Nos pillamos un avión en Tampa. Un charter casualmente abarrotado. Llegamos. Carros almendrones. Matanzas. Jornadas laborales produciendo un libro artesanal, de los de Vigía, ya saben. Almuerzos en el patio que variaron del congrí al congrí y de la carne de puerco a la chuleta de cerdo con tostones y chicharritas (mariquitas, galleticas) para amenizar. Paseos por las Cuevas de Bellamar, la Ermita de Monserrate, los barrios bajos y marineros. Todo viajando en aspirina (guaguas Girón para algunos cubanos/cascos y mala idea para cualquier extranjero en su sano juicio). Charlas de historia, religión, arte, teatro, cine, diseño. Papeles pobres para dibujar, pegar, recortar obsesiva y doscientas veces. Baños sin agua ni papel higiénico. Apagón ocasional. Excursión a la capital en autobús donado por los "Pastores por la paz". Casas de alquiler. Comida en cajita en las aceras del Vedado.

Visto así, cumplí, íntegramente aquella mi misión de interpretar a Caronte en su Infierno (uy, 'parque temático', quise decir). Seguramente algo de eso habrá. Una meditación profunda y una cierta perspectiva histórica me darían la respuesta. Pero no hoy. No ahora.

Hic et nunc vengo, brevemente a hablar de esos mis alumnos, emigrantes de primera y segunda generación en Estados Unidos que no durmieron por temor a perder un segundo de aquella realidad. Que perdieron la voz de tanto preguntar. Que aún padecen ojeras de mirar tan honda y fijamente. Mis alumnos de México, Costa Rica, Puerto Rico, Argentina o Cuba (nacidos en USA y yendo estos últimos por primera vez a la tierra de sus padres).  De los que vivieron con los artesanos de Vigía y tomaron de sus vasos y comieron de sus platos y a quienes les pidieron aspirina para la resaca y a quienes les dejaron compresas para las sangres que vendrán. Mis alumnos encontrando otros modos de ser y estar en el mundo y a la vez, ofreciendo esperanza a manos llenas, un país por venir para los jóvenes cubanos.

Hablar de (ah, gran Mariano Azuela) los de abajo, esos que parecen importarle poco o nada a los de arriba... si 'hacer el juego' se llama este ejercicio, me sumo a él. Me seguiré sumando visceral y cotidianamente. Cantando ese bolero único que canto a Cuba, mi amante: porque tu amor es mi espina/ por las cuatro esquinas hablan de las dos/ que es un escándalo dicen/ y hasta me maldicen por darte mi amor...

Cuba, país imaginado, madre tan sola dejada con tus huesos...  en Matanzas me han dado un recado y me han dicho que a ti te lo dé: el  'pueblo a pueblo' es el único camino para llegar hasta ti, tu verdad no simulada en pancartas, vallas incesantes, proyectos de ley, presos a canjear. Cuba,  hermana, muchacha hermosa... gracias por recibirme, recibirnos, despojados de toda mentira, toda pose fabricada, por dejarnos estar en ti, por ti, contigo... los otros son ajenos. Tú eres luz y mañana y danzón y casas sobre el río. 

Y  estos pueblos olvidados de Dios lo han visto.

2 comments:

  1. Gracias, Mabel, por permitirnos, con tus palabras, detener el tiempo y volver a Cuba. De esta manera siempre podremos refrescar nuestra memoria e impedir que el trajin de la cotidianeidad borre de nuestras mentes esos momentos unicos, ese valle profundo, esa bahia infinita y sobre todo esos y esas matanceras que entraron para quedarse en nuestros corazones. Gracias!

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  2. La lectura de tu blog ha sido como una oración que sabemos es
    contestada desde espacios invisibles. La isla y su constante momento histórico, según se mueven los hilos, la mantienen sobre las aguas.
    Tú nunca te has ido. Desde afuera estás navegando con tu corazón
    en un viaje constante hacia la isla que es un barco detenido esperando. EStoy segura que tu amor por Ella ,la salvará en tiempos futuros de un naufragio, porque el amor lo puede todo.

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